A quienes llegaron a hurtar mi paz
para usarla de trofeo,
quienes mancillaron mis principios
portándolos como medallas de oro,
a quienes con conocimiento de causa
fracturaron mi corazón jugando sucio,
a quienes no merecen
este instante de mi pensamiento,
pues como ladrones entraron en mi vida.
A ellos:
les ofrezco una copa de hiel
y un cuadro de honor
en la antesala del infierno.
5/Jun/2006