A Pessoa al volverte a leer viejo amigo las corrientes de la vida se reaniman, el espíritu perdido y cansado se recobra y lo natural ante mis ojos se despliega en un sinfín de formas y mutaciones tu voz entra en mis entrañas con gran fuerza destruyendo la imagen de poesía prefijada en mis neuronas y como si fueras fuego, luz que escalda hasta el tuétano, la palabra fluye como savia y sangre transfundida tu eco revive en mi memoria y traigo a mi mente el juvenil contacto otrota labrado con una de tus poesías aquella que despertó en mí un caos inusitado que hoy pasados los años apenas comprendo y asimilo hoy los años han pasado y aun no he aprendido a decir con mi voz todo aquello que me aqueja pero gracias a ti retomo un aire renovado que me conduce a dedicarte frases con vulgar alevosía compañero en otro momento de locura nos veremos, talvez en la vejez que todo lo mal juzgado en aquel instante previo al juicio de la muerte donde dicen se ven los actos de la vida.