Me tiembla la voz,
Se estremece mi cuerpo
Pierdo con lentitud la razón.
Enfocado en una sola cosa,
Deseando tan sólo un milagro.
Desesperado por lo estancado,
Perdido en el infinito largo.
Libérame, tu que todo lo puedes.
Ayúdame de esta trampa salir.
Concédeme aquello que te pido,
Por ello dispuesto estoy a morir.
No importa a quién tenga que acudir.
Cumpliré al pie de la letra lo que estipules,
Más ayúdame, no me dejes en la soledad morir.
Ya ni siquiera la voz me alcanza.
Nada más tengo que decir.
Todo lo he dicho con firmeza,
Tan sólo queda la apatía de un oscuro porvenir.
Aunque sé que sobreviviré el sentimiento,
Ello es lo que más temo perder.
De ello están hechos los hombres,
Esto es lo que no quiero perder.
Se me está poniendo a prueba,
Casi he llegado al límite ya.
Aunque todavía me queden fuerzas,
Teniendo una vida que soportar.
Porque ya no se trata de vivir plenamente,
Ya es tan sólo por la vida pasar.
Oscuridad, el velo que me envuelve.
La apatía al dolor ha venido a reemplazar.