…Sí, todavía las podemos tener de vez en cuando, y las tenemos, pero… pero… ya sabes, no me lo tengas en cuenta, porque la culpa es de esta lluvia persistente y del viento, sobre todo del viento, que como ya sabemos, influye mucho en las locuras y sirve incluso como atenuante si se hacen o dicen cosas raras, porque nos sacude lo que llevamos dentro…
Sedna
¿De qué lado estabas?,
en los concluidos días de febrero,
solos, con sus lluvias fortuitas.
Vientos parcos de mi fortuna interrumpida
avanzando en sentido contrario,
ínfimos pedazos de luna.
¿De qué lado estabas?
Oteando la lividez de mi ausencia.
Escondiste la cabeza bajo una frazada,
fingiste dormir.
Sabíamos que la esperanza
se había quedado en la puerta rota.
Mi boca no emitió sonido alguno,
la respuesta: mis ojos quebrados.
Negaste la vista final.
Opté por la pérdida, me fui.
Bajo una lluvia estúpida,
pobre, no advertida.
Resbalaba por mi ropa,
llevándose trozos de color,
de memoria, de…
me moría.
Sigo muriendo.