¿Dónde está El, que presente en todo está?
¿Porqué no escucha mi grito en cuello?
¿Porqué no ayuda a quién pidiéndolo está?
¿Dónde está el otro que tampoco responde?
¿Dónde está el adversario monumental?
Tampoco aparece ni escucha,
También ciego y sordo para nosotros está.
No existe ninguno de ellos,
No son ni materiales ni espiritual.
Son producto de mentes enfermas,
Que habían pensado en como hacernos dominar.
A todos nos tienen dominados y con razón,
Lo había dicho una vez Marx en el XIX,
El opio del pueblo es la religión.
Ensalza los corazones,
Endulza el paladar,
Mientras todo nuestro dinero,
A la iglesia va a parar.
Es triste el pensarlo y duele reconocer,
Más curioso es que nadie a los ángeles puede ver.
¡Denme una prueba de que equivocado estoy!
¡Demuéstrenme en el acto que no llevo la razón!
Y no me pueden tachar de indiferente,
Tampoco de loco o de profanador.
En la Biblia hay un párrafo muy claro:
"Hasta no ver y meter la mano, no creeré en la resurrección".
Y eso es lo que he estado pidiendo,
Más ¡qué desilusión!
Ni ángel ni demonio han aparecido,
Ni Dios ni diablo han querido dar razón.
Y no fue impulso de una noche,
Ni locura promovida por el alcohol,
Fue el tormento de varios años,
Pensando y pidiendo una revelación.
Entonces me dicen que en la fe está el misterio,
Que la fe es la forma de conocer a Dios,
Y, ¿cómo se puede tener fe en algo que no se ha visto?
Hace más de 2000 años que supuestamente por última vez se realizó.
Y supuestamente, porqué no está registrado,
Tan sólo dicen que "Dios le habló"...
Más al preguntar por los detalles responden:
"Es que en los sueños se le apareció".
¡Mentira!
Es todo lo que puedo responder.
¡Mentira!
En busca de fama y poder.
¡Mentira!
Buscando a los inocentes corromper.
¡Mentira!
Buscando su propio placer.
No existe ni uno ni otro,
No existe ni bien ni mal,
No existe ni Dios ni diablo,
No existe nada que no se puede explicar.
¿Dónde está El?
Qué me responda, a estas líneas que escribiendo estoy.
¿Dónde está El?
Que me demuestre, lo equivocado que estoy.
Porqué en verdad que estoy cansado,
Mi mente ya no puede más,
Mi cuerpo también se está agotando,
De tanto una respuesta esperar.
Y, para aquellos que quizás piensen,
Lo egoísta al escribir estas líneas que soy,
Miren un poco lo que pasa en el mundo,
¡Miren un poco toda esa destrucción!
Miren un poco a donde está yendo,
Miren un poco en la forma de vivir,
Piensen un poco en los desgraciados,
Piensen un poco en los asesinos que hay por ahí.
Y si ello les revuelve los corazones,
Si bajan la vista ante todo lo que sucediendo está,
Pregúntense por un momento
Si Dios estaría viendo, ¿no le causaría el mismo malestar?
¿No le causaría por lo menos,
Un sentimiento de compasión?
Si su respuesta es afirmativa,
Entonces pregunto ¿porqué no hace El una aparición?
¿Espera que nosotros mismos
podamos los problemas resolver?
Más, ¿cómo resolver lo que sucede en el mundo,
Que esta dominado por dinero, perversión, perdición y poder?
Así que reitero mi pregunta,
La que como título adornando estas líneas está,
¿Dónde está El? Que todo lo escucha.
¿Dónde está El? Que en todos lados está.
lunes, 30 de octubre de 2000