Odio estar solo,
odio no tener a quien abrazar,
con quien charlar,
con quien ver una buena película,
contar un buen chiste,
reír hasta que nos venga un
inmenso dolor en el estómago
que no quede más remedio que parar.
Odio llorar solo,
odio comer solo,
odio dormir solo.
Considerar la opción
de morir de la misma forma
me asusta más que el simple
hecho de morir.
Odio la ausencia de otro ser.
Pero, cuando hay alguien más conmigo
desearía que no lo estuviera,
me incomoda el tener que asimilar
la presencia de esa persona,
el saber que casi por obligación
tendría que empezar una charla
con él o ella,
el saber que tendría que contarle
alguna anécdota,
aventura o suceso de mi vida,
y él o ella a mí.
En se momento
me entran unas ganas inmensas
de escapar de aquel lugar
y trasladarme a uno
completamente solitario,
donde no hubiera rastro
de vida alguna
más que la mía.
En ese momento
me entra el deseo
de volver estar solo.
Vaya mierda,
pero se que mas de uno
se ha sentido así.