Vaya día, vaya noche
llamándome al silencio
que el amor lo tengo olvidado
como a un viejo conocido
que se ha perdido en el camino.
La vida es un silencio constante
silencio de gestos, de manos, de besos
y sigo con la mirada fija
hacia nadie ignorando mi pecho.
Mis ojos ya vienen ajados
secos mis labios
frías mis manos
mis pasos no tienen rumbo.
Lejos del amor
ya la vida es otoño
esperando un invierno
que será mi infierno.
Aunque para ser sincero
ese invierno lo espero y lo sueño
desde antes, desde siempre.
Por ese invierno he alejado caminos
y mis ojos se han apartado
de otros destinos.
Pero a veces mis ojos buscan
y mis oídos esperan
una caricia sonora
una visión de fantasía.
Me iré caminando
sin dejar huella
por el sendero incógnito
del anónimo destino.
No pude aferrarme a la vida
fui espectador sin participar
ahora poco a poco el tiempo
se va mientras respiro...