Con su negro aletear de lejanías
Ha venido a enlutar con su presencia
Los otrora felices y lejanos días
El viento que gime adolorido
Se agazapa temeroso en los rincones
Como perro apaleado, malherido
Sin saber de tu ausencia las razones
Y, al volcar mi tristeza y desconsuelo
Entre llantos y angustias reprimidas
Me consuelo aferrado a tu recuerdo
Como fiera que lame sus heridas