La Semilla habla.
Yo fui como una semilla de mostaza,
La más pequeña de las semillas,
Fui sembrado junto a un arrollo de agua viva,
Y en mí fluyó y se asentó la vida,
Antes, semilla era nada más,
Hoy, raíces eché y ya en árbol me transformé,
Dador de frutos soy ahora,
Y en mis ramas acampan aves, desde el gurrión hasta la lora.
Aclarada fue mi vista porque quité la viga,
Y hoy, autoridad tengo para ver y quitar la mota,
Que está en el ojo de aquel que aún es lo que antes yo fui,
Pues simplemente la verdad se alojó en mí,
Aborrezco la mentira,
Y peor aún, aquellas por la cual se arrebatan vidas,
Vidas que quizás un día pudieron salvar sus almas,
Porque no es la vida carnal que me apesara, sino que el Hades tragó sus almas,
Y por esas almas que sin luchar se perdieron ¿Quién cobrará venganza?
Aquel que es dueño de la ira, aquel que dijo un día:
“Mía es la venganza y la retribución”
Aquel que también dijo: “Mas el justo por la fe vivirá”
Pero, ¿Podrá vivir el justo cuya fe le fue negada?
No, no vivirá, pues éste, aunque fue justo no tuvo fe,
Le fue negada ¿Por quién?
Por aquellos en quien él ciegamente creyó y confió.
¿Cuánto mal hace los que visten sotanas?
Mucho mal, por sus sermones no inspirados,
Sermones dictados y grabados en formatos,
No son más que títeres de un papado, de Satanás aliados,
Como rameras corren ellos a los pies del mejor postor,
Sin importarles a sus prójimos causar dolor,
Ríen, aplauden, azuzan, fingen y mienten a favor de su benefactor,
Por eso “No recibirás presente” dijo el Señor,
“Porque el presente ciega a los que ven, y pervierte las palabras de los justos”
¡Cuánta verdad había en aquella sentencia!
Porque los que se hacen llamar obispos,
Han ido tras el mejor postor causando dolor, muerte y destrucción,
Cegados todos por la ambición,
Validan ellos como justas las intenciones de los injustos,
Aplauden la rebeldía aún a sabiendas que el altísimo dijo un día:
“quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste;
y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos”
¿No son pues, dignos de condenación los que se oponen a la autoridad?
Lo son, claro que lo son, por lo cual no serán prosperados en su intención,
Y clara es la palabra cuando dice
“caerá el ayudador y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerán a una”
Y también, en la verdad aprendida que me ha dado vida,
De los que pervierten la voluntad de Dios me dice:
“Porque ciertamente vosotros sois fraguadores de mentira;
Sois todos vosotros médicos nulos” .
Y también aquel cuya fuente de verdad es única dice:
“Ojalá callarais por completo, Porque esto os fuera sabiduría”
Pero sé que estos no callarán, por tanto no conocerán sabiduría,
De manera que son aquellos de los que el Maestro dijo “ya tienen su recompensa”
También la verdad contra ellos dijo:
¿Hablaréis iniquidad por Dios? ¿Hablaréis por él engaño?
¿Haréis acepción de personas a su favor?
¿Contenderéis vosotros por Dios?
Porque todas estas cosas ellos las hacen,
Y las hacen diciendo que por parte de Dios las hacen,
¿No merecen condenación?
¿No son estos los que comen la mano que los alimentó?
Completa violencia vive este país hoy en día,
Porque aquellos que debían apagar, encendieron,
Los llamados a apaciguar, inyectaron odio,
El pastor de hombres transformó en lobos al rebaño,
Pero, he aquí, esto ha de terminar,
Aunque no para siempre,
Pues a como está escrito
“Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena”
Y dice “al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo”
Así que, esta tormenta que este pueblo hoy vive será calmada,
Pero los que la ocasionaron pagarán caro este descaro,
En una semana a manifestarse la justicia habrá comenzado,
Los que fraguaron mentiras matadoras en nombre de Dios,
Fenecerán uno a uno, a su tiempo cada uno,
La enfermedad o la espada los visitará,
Quizás por haber matado por la lengua, por lengua morirán,
Ayudadores y ayudados pagarán,
Cada uno según su complicidad,
Ni el dinero, ni la posición los ampararán,
El dador de la vida se las quitará.