Cuando repican las campanas
despierta el alma, para algo convocan.
Cuando éramos niños las campanas llamaban a misa.
Las campanas en el momento de la consagración
repican para anunciarnos que Cristo viene a la tierra.
En este momento deberían detenerse los relojes del mundo.
Y arrodillarnos todos para adorar a Cristo.
En Navidad las campanas repicaban
Llamando a la misa de gallo.
Campanas de las iglesias que ahora ya no repican.
Extraño silencio invade el ambiente.
Delia Eloísa Dousdebés Veintimilla
04/12/2018