Quizás no atienda a su llamada,
es que su nombre sobre mi silencio
esperó a que yo lo pronunciara
cuando ya le hacía muy lejos,
algo se acabó.
Me abrazo luego a mi corazón
sabemos que nos sobra lamentar,
dejo que se vaya y me diga adiós,
yo volveré a los límites de la paz
y luego seguir.
Lloverá para ambos ojos
que me miraron en una carta
escrita en el viento, y fue poco
para lo que esperaba su alma.
*
Para lo que había en su mirada
alcanzaba a amarrar mi vida entera
a lo que me susurraban siempre sus labios,
a un sueño cualquiera,
pero supe que nunca seré su amor,
pero me enteré que se atiene a una flor
que promete cosas distintas.
*
Leyendo tristezas desde un sillón
mientras octubre se va a retazos
oigo del cielo “es que era lo mejor,
en mi lista, antes eras un extraño,
ahora te espero”.
Sonrío por otros años, y tras perder,
digo más tranquilo “nunca, mi amor,
pasaré veloz para no poderte ver,
igual mi querer nunca importó,
nunca supiste de mí”.
*
Para lo que había en su mirada
alcanzaba a amarrar mi vida entera
a lo que me susurraban siempre sus labios,
a un sueño cualquiera,
pero supe que nunca seré su amor,
pero me enteré que se atiene a una flor
que le promete cosas distintas.
Para lo que había en su mirada
alcanzaba a tatuar mí herida
en el viento que de pronto quisiera pasar
por dentro de su alma.
*