aquelarres disfrazados de bestias,
compases de estrellas fugaces
viajeras en la solitaria nada.
Hogueras consumidas en el movimiento corporal
de luceros que navegan sin saber a donde van,
en el infinito de milésimas partículas
los Karmas se acrecientan ante la duda.
Vuela la imaginación de traviesos corazones
durmiéndose en la piel de cálidas almas,
¡¡en la oquedad del miedo!!
se agita un deseo...
Se expresa el silencio con la mirada,
la noche se viste de miel y esperanza,
las fantasías de las rosas vivas
agonizan en la locura de la madrugada.