Y esto no implica el fin del mundo,
Tan sólo que en sangre nuestras manos bañadas están.
Llegó el fin de lo que es el humanismo,
Y por ende el fin de la humanidad.
Gritamos voz en cuello "La Venganza",
Más cuando esta se llega a realizar,
Temblando estamos como conejos,
Los otros como nosotros gritando lo mismo en este momento están.
Y ¿quién es bueno en esta dizque guerra?
Los gringos o ben Laden o quizás,
Los miles y millares de seres,
Que en este momento perdiendo la vida están.
Amén al egoísmo del humano,
Amén a la necesidad maldita de matar.
Porqué ¿qué clase de humanos somos?
¡Si en son de la venganza no somos capaces de matar!
Y, menos mal que el Vaticano es inteligente,
De una dejó de lado la enemistad,
Aunque por debajo todos saben lo que quieren,
Lo mismo, mismísimo de antes que es: imponer la cristiandad.