Un amigo aseguraba esto con mucha seguridad y yo corrí al diccionario porque, desde hace muchísimo tiempo, esta palabra nos lleva a pensar en desviaciones sexuales. Pero no, según el diccionario de la RAE aberración: 1. Grave error del entendimiento. || 2. Acto o conducta depravados, perversos, o que se apartan de lo aceptado como lícito. A eso me acogí para no juzgar a nadie y refugiarme en mi aberración personal.
Si pensamos que es un grave error del entendimiento esto conduce a ver que todos los que pensamos diferente somos aberrados pero, como la palabra es tan fuerte mejor nos catalogan como locos y así nos nombran. La segunda parte dice claramente que aberración es lo que se aparta de lo lícito y aquí, entonces, se puede afirmar que la mayoría de los políticos son aberrados porque robar, mentir, estafar y todos los delitos que se le imputan a los que detienen por orden la fiscalía son ilícitos… ellos lo niegan y es posible que su felicidad se base en su propia aberración a costillas del sufrido pueblo colombiano.
Mis aberraciones son culturales y artísticas, pero no ilícitas o ilegales; el error del entendimiento del que habla la RAE no nace de mi cabeza sino en la apreciación de los que me rodean y, de igual manera, a mis amigos catalogados como orates, es su manera de actuar y pensar diferente lo que impulsa a pensar al común que tenemos errores del entendimiento.
Y ahora bien, si tocamos la intolerancia de la sociedad hacia los grupos minoritarios tenemos que aceptar que vivimos en una sociedad de aberrados ya que todos, de alguna manera, nos salimos de las normas, así no sea en el campo de la ilegalidad. Y con el sexo sí que es grave el asunto, pero aquí si cabe la definición de actos depravados o perversos. Con un violador no hay posibilidad de pensar que su mente enferma le permita salir libre y con casa por cárcel escudado en la afirmación que hice en el título.
Si las acciones personales nos hacen felices pero en perjuicio de terceros, no concibo que se deban tolerar este tipo de aberraciones. Para terminar quiero decirles que mis aberraciones personales son leer, escribir, pintar y, ahora, tallar en madera. Mis mejores deseos porque sus errores de entendimiento los lleven por el campo del arte y la cultura porque los dueños del balón de la política se pasan por la faja todas las normas olímpicamente y dicen a los cuatro vientos que su vida es un libro abierto.
Las elecciones se acercan y desde ya es hora de pensar y decidir quienes van a dirigir este maltratado país que es el nuestro. No hago campaña por nadie ni me adhiero al que ofrece vida y milagros. Analizo con cabeza fría lo que le conviene a mi querida Colombia y no cambio mi derecho al voto por cerveza, tamal o cargos públicos. Otra aberración que me hace feliz es poder negarme a votar por los corruptos de siempre…