El siglo XXI es el siglo de la manipulación mediática in extremis y de la desculturización del ser humano. Una afirmación bastante seria y peligrosa especialmente en el término de la "desculturización" y es que el hecho de la programación cultural en función a la globalización de visiones está acabando con el pensamiento propio e individual de la gente. Es el tiempo del "pensar igual", de la estandarización de términos y de la etiquetación de la gente.
La cultura del siglo XXI está basada principalmente en que cualquier cosa es arte, ya no hay un esfuerzo de transmisión del pensamiento, porque ahora bajo el título de "libre interpretación" se libra el artista de buscar llegar al público con la visión particular de su representación de su arte.
Ya no se transmite belleza, la belleza representación de lo natural; ahora es el concepto artificioso de lo virtual o efímero.
Somos una sociedad de cultura efímera, que no sienta bases, que solo se deja transcurrir.
Tenemos a la cultura como un conjunto de ideas, tradiciones y costumbres que caracterizan a la gente en su entorno, un conjunto transmisible, un conjunto identificable, que te crea pertenencia. Ese conjunto ahora no existe.
La música popular es un reflejo de la sociedad construida durante mas de 50 años a partir del consumo masivo de imágenes y creadora de necesidades. Una sociedad sexualizada al extremo, donde el visionado de la gente parte de su mayor o menor atractivo sexual. Se ha incentivado el morbo sin medida ni control.
La escultura parece simplemente un rompecabezas puesto a manera aleatoria y sin sentido (como un vaso de agua sobre una hoja, un grupo de piedras, una escalera contra una pared blanca), cosas que reflejan el caos del pensamiento humano, pero que no reflejan su intelecto.
Como decía, la belleza de la naturaleza está ahora fuera de contexto, no vende y si no vende no existe.
Somos una sociedad de consumo y (como decía Galeano) una sociedad desechable que usa y tira.
Ha sido largo y extenuante el camino por el que hemos llegado aquí y de la mano siempre segura y tenaz del rey "compra aunque no te sirva" y el mantra del "yo ya tengo".
La comida chatarra trajo la obesidad mórbida como pandemia mundial y nadie ahora sabe comer bien y con el mismo principio la música, la pintura, la escultura son chatarra ahora que a diferencia de la comida que se queda en el cuerpo, los demás son te he visto y no me acuerdo.
El mercado manipula, diciendo lo que debes ver, lo que debes escuchar, lo que debes comprar para pertenecer a la sociedad, especialmente a los jóvenes que andan buscando su sentido de pertenecía en su desarrollo y que son engañados por los grandes medios, obligándolos casi a no pensar.
Al menos esa explicación es la única que me ha permitido comprender el fenómeno de los cantantes que no cantan, de los artistas que no saben de arte o de los reality shows. Basura mental sin oficio ni beneficio.
Si hubo una vez en la historia una edad oscura por culpa de la religión castrante y opresora, hoy el oscurantismo es de parte del consumismo que busca lo fácil.
El ser humano se desarrolla a través de la búsqueda de metas y de la lucha por conseguirlas.
Si la cultura de una sociedad está basada en el artificio, solo polvo será lo que recoja.
