Quaterni Editorial nos ofrece esta excelente obra de Shōtarō Ikenami (1923-1990) que nos sumerge en el Japón feudal:
Japón, siglo XVII. La batalla de Sekigahara pone fin al período de guerras. Comienza así el shogunato Tokugawa y con él una larga y próspera paz y el aislamiento de Japón del exterior. Sin embargo, la paz no es buena para todo el mundo. Muchos samuráis se quedan sin señor, y, sin guerras en las que luchar, se organizan en bandas que atemorizan a comerciantes y campesinos, robándolos, extorsionándolos, incluso decapitando a los que oponen resistencia. Son los hatamoto-yakko o kabukimono, nombre que reciben por sus extravagantes y coloridas vestimentas.
La población, cansada de soportar las injusticias de estos hatamoto-yakko, se organiza para combatirlos. Surgen así los machi-yakko, artesanos y comerciantes sin habilidad ni experiencia en el combate, que se defenderán armados únicamente con sus utensilios de trabajo, palos y espadas wakizashi, las únicas que les está permitido portar al no pertenecer a la clase samurái.
En ese contexto histórico aparece la figura de Banzuiin Chōbē (1622-1657). Para muchos, una especie de Robin Hood que se convirtió en el cabecilla de una banda de machi-yakko que luchó contra las injusticias y protegió a la población de los abusos de los samuráis. Para otros, simplemente uno de los primeros yakuza.
Esta es su historia…
Shōtarō Ikenami (1923-1990)
Nacido en el barrio de Asakusa en Tōkyō, estudió en la escuela primaria de Shitaya Nishimachi y, sin hacer bachillerato, entró directamente a trabajar como empleado de una agencia de bolsa hasta después de la Segunda Guerra Mundial, momento en el que se hizo funcionario y estuvo trabajando en diversos departamentos dependientes del Ayuntamiento de Shitaya.
Se convirtió en discípulo del famoso novelista y dramaturgo Shin Hasegawa y comenzó a escribir los guiones y a dirigir la compañía de teatro Shinkokugeki, especializada en chanbara o ficción de época. En 1960 recibió el Premio Naoki por su obra Sakuran. Posteriormente inició tres series de novelas de capa y espada que le granjearon gran éxito: Onihei Hankachō, Kenkaku Shōbai y Shiokinin Fujeida Baian.
Muchas de sus obras han sido adaptadas al teatro y al cine y aún hoy es uno de los novelistas de ficción histórica de aventuras más leídos de Japón.
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