Ese día me hice acompañar de mis abogados, compre un hermoso vestido negro y procedí sonriente y feliz a los tribunales. Aproveché en el camino y compré un hermoso anillo de diamantes.
Ese día pude fijarme que los pájaros cantaban en los árboles, las mariposas de colores, la sonrisa de los niños, el sol brillante en el cielo, las hermosas calles decoradas. Ese día nunca podré olvidarlo... Besé a mis padres y les di las gracias por apoyarme el día más hermoso de mi vida, el día de mi divorcio.