Las calles tomadas por el pánico intolerable
historias injustas de ocultos seres vengando
violan la inmaculada belleza nocturna
su esencia arrebatan con mentiras enviciándola
la naturaleza
mujer perfecta que nos vio nacer,
llora la injuria que viste andrajosa
lamentando la herida nueva
del hijo que su vientre protegió
Adentro de cada uno el enemigo cambiante duerme
su furtiva llama es el vaticinio del mal colectivo
feroz infección que escarba paciente en frustraciones
sembrando ira desatando furiosamente el instinto de conservación