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Mucho se nombra a Edipo y casi nadie sabe quién es, lo que más se oye es el complejo de Edipo y como me gusta colaborar para resolver dudas aquí va la historia de este héroe. Mucha atención:

El rey de Tebas llamado Layo, estaba casado con Yocasta y tenían todo lo que una pareja desea como palacios, oro, joyas, fincas… hagan de cuenta un político o un traqueto colombianos pero en Grecia antes de Cristo, y no me pregunten la fecha porque esa si se me olvidó. El asunto es que el rey quería tener un hijo y le bregaba al asunto con su mujer pero nada de nada, pasaban noches enteras dándole al asunto y ella no quedaba embarazada.

Layo, como buen griego, creía en el Oráculo, que era un adivino que se las sabía todas, y le preguntó qué pasaba; este le respondió que mejor dejara ese deseo porque si llegara a tener un hijo, ese mismo muchacho lo mataría. Con esta razón tan verraca a Layo se le quitaron las ganas de ser padre y hasta las de fornicar con Yocasta, que entre otras cosas era una mamacita de esas de calendario. Pero cuando a una mujer se le mete algo en la cabeza es más fácil quitarle la cabeza que la cosa y, como el tipo le volteaba el rabo para no determinarla en la cama, la bendita se consiguió un afrodisiaco que levantaba hasta muertos y se pueden imaginar el resto…

De esa maratón de catre doña Yocasta quedó muy cansada pero con cara de satisfacción y esperando bebé; cuando este nació su padre, el del niño no el de ella, pensó en matarlo pero no se atrevió. Mandó un soldado que lo colgara de un árbol por los pies para que lo devoraran las fieras del bosque. Como se puede suponer el peladito chillo como un marrano en el matadero y un pastor que lo escuchó lo llevó a su casa, lo curó y lo crió. Le puso de nombre EDIPO que significa pies hinchados ¿Cómo la ven? Pasado un tiempo el pastor recordó que el rey de Corinto llamado Pólibo y su esposa Mérope también deseaban un hijo y no podían, entonces lo llevó donde la pareja real que lo adoptó con mucha alegría. Y no se si le dieron recompensa al pastor, supongo que si.

Edipo creció convencido que Pólibo y Mérope eran sus padres pero en la escuela de su época un muchachito de esos fastidiosos lo envenenó con el cuento de que esos no eran su padre y madre y que él era un recogido. Tanto jodió que Edipo fue al Oráculo y este le dijo que su destino era matar a su padre y casarse con su madre; y como estaba convencido de que sus padres eran quienes lo habían criado huyó de Corinto para que no se cumpliera la profecía.

No sé si había maletas en esa época pero supongo que en alguna parte empacó sus trastos y salió de noche y a escondidas para no regresar jamás; como no había transporte masivo ni taxis pues le tocó a pura pata y por el camino un carro de esos tirados por caballos le machuco una pata y Edipo se agarró a madrazos con el chofer y de las palabras pasaron a los hechos, como los fanáticos del fútbol de hoy, hasta que el conductor cayó muerto por arma blanca… bueno, hasta aquí no va nada raro, pero siéntense bien en sus sillas que viene lo bueno, el muerto era nada más y nada menos que Layo, el verdadero papá de Edipo que iba en busca del Oráculo para que le diera un remedio para una plaga que los tenía jodidos en Tebas.

Como es suficiente por hoy, dejo el resto para el próximo artículo que va a estar mejor, se los aseguro.

 

Edgar Tarazona Angel

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