Y tal vez mí ideario es demasiado inmenso, en comparación con lo que la vida me demuestra. Y tal vez si me negara a recibir lo mejor que merezco, sería una sombra llorando viejos anhelos... Cuando dibujas pensamientos corres esos riesgos, miras la creación hecha carne y hueso, te espantas de no haber reparado en los detalles más imperfectos... Luego suspiras, ves lo bueno, de un modo u otro ¡tu sueño está en el cemento!
Te arrodillas y le aceptas, agradeces lo saboreas.
A estas alturas no deseas amargarte en bagatelas e indecisiones ajenas. Siempre has sabido ganar. Siempre has derramado tu yo verdadero. ¿Acaso el destino podría negarte un ida y vuelta?
Siempre se cosecha una siembra, siempre la flor recibe el agua que la desespera ante el marchitar del sol que la reseca.
Hacer lo correcto, sin esperar que de inmediato vuelva, un corazón de buenos pensamientos, jamás se derrumba, porque sus muletas son fuertes y ¡atan a su esencia el candor del que espera y nunca desespera!
