Doncella de yeso
Es una doncella de yeso, su adoración debe ser absoluta.
pero su idolatría no debe ser un vicio.
No es vacía su vanidad, está llena de resplandor, pero su brillo es de un pulido acero.
Quizás fría y egocéntrica dura en su propio universo, y sin devoción de sí misma.
Imagina estar triste, porque nunca lo ha estado, se cree sola pero su soledad está ausente.
Carecen de fe sus devotos. Porque la fidelidad no le basta como deidad,
no la alcanza ninguna voz, es pura, es bella,
pero su confort siempre será su altar, y jamás ninguna plegaria la alcanzaría ahí.