Déjame respirarte
Déjame entrar en tu alma a través de tu mirada,
y calmar con tu voz mi corazón ardiente.
Eres el aire que anhela mi vida entera respirarte,
por rozar tus manos, tu faz, y en un segundo enamorarte,
descubriéndote en la arena tus huellas y las mías
en largos caminos recorridos solo para amarte.
Te has convertido en la luz de mis mañanas
Como el agua primera que despierta en la playa dormida
las arenas serenas con el deleite de su espuma
Eres mi primer pensamiento en el amanecer
La energía viva que da calor a mis días
y que hace gritar a la razón que ¡te amo!
¡Amor mío! A la luz del candil te vi esa noche,
y descubrí tu tierna mirada clavar mis nervios,
golpeaste la puerta de mi corazón
Adentrándote en lo más profundo de mí ser,
te quedaste por siempre en mí
y ahora te pido, déjame estar en ti.
Mira que el mar es mar por el barullo de sus olas,
así estás ahora tú en la playa de mi vida,
despierta, viva, te digo.
Y abrigo a mi oído la esperanza de tu amor.
Fundido en tu espacio infinito como el cielo
reflejando cual espejo tu vida junto a la mía.
Déjame ser el aroma de la primavera en tus días
El viento que corre y trae lluvia fresca a tus manos
El manto que abriga un invierno inesperado
Y quedarme por siempre en el ocaso de un cielo dorado
Juntos, de la mano, bajo el brillo de la vida
Inundando de paz cada sendero, hasta el final
Juntos por siempre, hasta más allá de los días.
Autor: Mónica Lorena Cueva Calle,
Enero 26 / 2008, al amanecer.
Poemario LUZ DE LUNA
