A qué llaman olvido
sino a la pátina de musgos
adherida con sus babas
al muro desparejo
de la memoria
A todas las leyendas
de turbias entrelíneas
leídas por la lluvia
dispersas por el viento
calladas por la muerte
A qué llaman olvido
sino al ocaso donde clavan
los párpados del sueño
puñales de vigilia
velando los insomnios
A las cenizas
donde reptan y agonizan
los nombres y los rostros
Al desvarío
por los recuerdos mal habidos
también se le llama
olvido.
René Bacco