Tras esos ojos lúcidos esconde secretos jamás antes descubiertos.
Intimidades difíciles de disipar para pupilas no acostumbradas a su locura.
Esconde temporadas de lluvias, temporadas de invierno, temporadas de otoño y primavera.
Se esconden mentiras blancas, otras, habitadas por tinieblas.
Verdades que queman como el fuego, que cortan como daga, pero para un hombre decaído son cánticos de ángeles en la cúspide, que hacen de él, un pirómano de ellas y su calidez.