¿Quién se libera de la muerte?
Para unos sin vivir
Una aberrante locura
Para unos locos
Morir es un deleite.
Lo que es cierto,
Y nunca jamás, dejará de ser
Es por ironía de la vida
El eterno guiño que anuncia
Una inevitable despedida.
Más para hacer permanente un nombre
Ocupando lugar entre hombres
Es morir pronto, con honores
O su miserable desdicha
Sin el saber vivir, pordiosero
Sin actos alfados
Ni dignos de admirar.
Aquellos pocos locos
Que se hacen eternos
Permanecen exentos del olvido
Y… en la tierra
Su presencia jamás se acerca al invierno
Se hace permanente en los corazones de gracia
Y visible en las memorias rugosas
Más qué, aquel que con miedo vive
Quien la voluntad abandona
Y no prevalece en promesas
Paga la mayor de las condenas
En un Permanente olvido.
W. Benjamin del libro, Sentencia Poética
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