HAAAAAAAAAA. QUE MIERDA DE EXISTENCIA.....
Grita el hombre desesperado corriendo a la orilla del río. Afloja su corbata y da un paso más al frente mirando el caudal. Los terrones de barro seco, caen a la corriente con cada movimiento en sus piernas.
-- ¿Qué haces?-- dice un hombrecito sentado, con la espalda recostada a un árbol seco, un sombrero ancho de paja que tapa su cara, con pantalon corto, y unas botas viejas que dejan ver la punta de su dedo gordo, en su mano derecha, una rama seca que mueve contra la hierba.
--¡Queé!....¿quién eres tú?- dice el hombre a la orilla del río.
-- Si te lo digo, pensarás que estoy más loco que tú.-
-- Habla de una vez, no hay mucho tiempo.-
-- Ese soy yo, ¡como lo supiste! --
-- Saber qué ¡idiota!-
-- Idiota yo, sabio tú. Soy el tiempo. -- dice el pequeño mientras mueve la rama de un lado a otro.
-- ¡Estás Loco!, ¿lo sabías?-
-- ¿Por qué quieres botarte al río?. preguntó, preguntó, preguntó.-
-- La vida,- replica el nombre estirando sus brazos hacia adelante.
-- La vida, es la vida, mi querido amigo, y es hermosa con todo y dificultades. Te lo digo yo que siempre he estado aquí. Jajaja.-
-- Ya no puedo más, todo empeora cada día, tengo que parar esto, todo es un tormento.-
-- Y crees que ¿esa es la forma? Si piensas que es la solución, anda hazlo.-
El hombre lo queda mirando con ese hablar pausado y desinteresado.
-- Observa este árbol. Ha sufrido grandes tormentas, inundaciones, relámpagos, y sigue adelante, creciendo, poniendo nuevas hojas donde otras ya han muerto.-
Todo quedó en silencio por un momento.
-- Tienes el tiempo, tú sabrás cómo utilizarlo --
El hombrecito se levantó y se fue. Desapareciendo entre los árboles.
FIN