Ya no solo nos atormentan los monstruos que se escondían en el armario en nuestra infancia, en la adolescencia son peores los monstruos que se esconden en nuestra cabeza, porque están ahí las 24 horas del día, todos los días. Puede llegar a ser enfermizo.
Te controlan en todo momento, te dicen lo que debes o no debes hacer, te agobian, te impiden ser feliz... Se sufre en silencio, porque nunca te atreves a contárselo a nadie, por miedo al que dirán, que pensarán... Te da miedo que piensen que estás loca o enferma, pero no se vive bien sufriendo en silencio, porque necesitas soltar todo aquello que te impide ser feliz, toda esa presión del pecho, todos los miedos, todos los complejos. No es sano ir por la vida comparándose con los demás, no es sano que unos simples pensamientos te controlen, te agobien, te digan lo que tienes que hacer, que controlen tu vida.
No permitas que nadie te controle, ni unos simples pensamientos, que nadie te quite la sonrisa, la alegría, la vida... El poder más fuerte es el de la mente, sin ella no seríamos nada, y también el de la sonrisa, es algo que nunca se debe perder. Porque por mas dura que sea la vida hay que luchar, seguir adelante, superar los obstáculos, pero lo más importante, ser feliz, nunca hay que dejar de ser feliz, porque sino, estas perdido.
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