Cuantas veces hemos recorrido las páginas de los avisos clasificados en los diarios, seguro que muchas veces, y siempre que las hojeo no puedo evitar pensar en las miles de historias que se esconden en quienes leen estas páginas.-
Alguien que busca algo, u otro que vende algo, alguien que miente, o aquel otro que se vende a si mismo, promesas de bienestar, o de soluciones mágicas a los problemas humanos, miles de historias...y claro, como resistirme a publicar algo en esas páginas. Por eso me encaminé a la oficina de recepción de avisos, entré en ella como un magnate, y al ser atendido con la robótica sonrisa de la empleada le extendí el formulario con el texto que deseaba se leyera en la próxima edición matutina.
No olvidaré jamás la cara de asombro de la joven señorita al leer, en el papel que le había alcanzado con mi aviso, que simplemente decía así...
“Se necesita persona feliz”.