“Una acuciosa manera de receptar mis sentimientos de mi concebir profundo, para trasmitir mi senda escondida al blanco papel, donde la pluma es el instrumento vivo”.
TAMAL CON CHOCOLATE CALIENTE EN NAVIDAD
¿Qué ocurre en el parque que hay mucha gente? “La cena de navidad” que da “Dorotea Albornoz” cada año a habitantes de la calle que viven bajo los puentes y cloacas de la ciudad. Son más los indigentes que asisten a este evento anual antes de la media noche de navidad. Después de orar y dar gracias a Dios, uno por uno desfilan en fila india hacia el lugar dispuesto, para reclamar un “tamal y chocolate caliente”. Quienes llenan este espacio público son diferentes entre sí. Pero, solo en esta noche sus vidas cotidianas se tornan diferentes, porque, no se sienten discriminados.
JUGUETE VIEJO
Poco posible para un niño indigente poder tener el juguete que quiere. Sin embargo, acrecentaba esperanzas que el niño Jesús le trajera una “bicicleta” en navidad. A la iglesia se fue el inocente muchacho. Allí con llanto y en voz alta pidió por ella con obstinada fe. El cura párroco desde el confesionario observó al chiquillo y escuchó su monólogo que motivo a cumplirle su deseo. En el programa “Dona a la parroquia el juguete que no usas” había llegado una “bicicleta”. La tenía para regalársela al sacristán… Muchacho, Dios escuchó tu pedido y me facultó te entregue el velocípedo.
CADA VOZ LLEVA SU ANGUSTIA
El año nuevo comenzaba su ascenso. Sería la una de la madrugada cuando sonó el teléfono. Un presentimiento me heló la sangre y confundido contesté. Era mi madre, dándome la triste noticia de la muerte de mi hermano “El militar”. ¿Pero madre que sucedió… si hablé con él antes de las doce? Hijo, cuando las cosas están por suceder... y más si se padece esquizofrenia. De un momento a otro se puso paranoico y en presencia de todos se descargó un tiro en la sien. El ambiente de fiesta, quedó convertido en un escenario de tragedia y dolor… ¡Fue espantoso!
HIJO DEL PAVIMENTO
Hace un año dejo el campo, cansado de soportar maltratos por sus padres. Con solo siete años de edad, llego a la urbe a enfrentar indolencias, frio y hambre. Sobrevive de la caridad del prójimo o de desperdicios encontrados en bolsas de basura. Abandonado a su suerte, habita cerca del caño cual ermitaño entre la oquedad de un puente. En el día deambula su tribulación por las calles solitario y en la noche la abriga entre sus harapos. Hoy, que ¡El año termina! Los fervorosos deseos del pequeño; amor y gratitud, son para sus progenitores que tanto extraña y recuerda.
DIENTES PARA EL AÑO NUEVO
Llegó las doce! los abrazos no se hicieron esperar ni los parabienes. Laura, no disimuló su complejo apartándose de todos en el acto. Mirase en el espejo su rostro enjuto de labios finos, tristes, caídos hacia abajo con aire de abatimiento y abandono. La falta de dientes había desfigurado esa delicada belleza que hacía melancólico e infausto su comportamiento. Cuando el año nuevo principiaba y nadie advertía su presencia, tomó en su mano derecha una copa pletórica de champaña y ante el espejo brindó con ahínco, porque que el nuevo año le proveyera “Una caja de dientes” para su bienestar..