Maira, una joven bonita de cabellos dorados y cuerpo arrogante; antes de cumplir quince años, tuvo un sueño erótico… Soñó que un príncipe la visitaba en su lecho, le desposeía el alma de su cuerpo y asido de su mano, a un lugar sosegado y encantador la llevó.
Juntos volaron sin alas hacia un tálamo de nubes. Hasta la inmensidad del alba se cortejaron desnudos e hicieron el amor incorpóreo; experimentando su primer orgasmo.
Cuando despertó, comprendió que había sido un bello espejismo la aventura con aquel celeste ser, que la transportó al infinito, la sedujo y la hizo mujer.