¿Y si me prestas tu pecho por las noches? Quizás el latido de tu corazón sirva de canción que aquiete mi insomnio y tu bobo reviva un poco... ¿Y si me prestas tus ojos y oídos en los días? Tal vez tu mirada cansada cuidándome y la mía posada en ti, incrédula de tal maravilla, lo sé, se activaría la magia...
Tal vez tu escucha activa curándome la vida y yo creándote respuestas para preguntas que no me digas... Seguramente te acosen mis ganas... ¿Y si nos compartimos el cuerpo alguna cálida tarde, a la noche o a la mañana? ¡Quizás el intercambio de energías nos salve! Tal vez te canses. Tal vez me canse. Aunque seguramente será, un cansancio que nos encante...
¿Y si te atreves a hablarme sin la armadura? Sin apurarte para calzarte la ropa, sin invitarme textualmente a que me vaya con una cara extraña que solo me habla de tus miedos. Y si te contara que La foto que mejor guardan mis retinas, Es la de tu rostro cubierto por el placer que te brinda hacerme tuya por algunos momentos y solo de vez en cuando. Si pudieras verte arrugando tu frente, con los pómulos relajados y los labios apretados, hermosamente entregado... Podrías disfrutar más de mí compañía y tanto o más de mi sexo, aunque no te atreves y también lo siento.
¡Qué hermosa foto de ti guardaré por siempre! Esa carita que pregunta si es verdad lo que te estoy haciendo. Y sí, claro que es cierto, yo jamás juego con fuego. Cuántas más fotografías acumularemos a nuestro álbum de recuerdos... Quizás mí intuición me guíe a no dejar de quererte o seguramente notes que hay una intensión de sincero encuentro. Tal vez mis miradas a tu alma se aten y ese día... Sin equivocarse, mí incondicionalidad Sera tuya para siempre.