Martes de tarde gris en la oficina y a través de la sucia ventana siento y huelo el llanto de las nubes, i.e. pena les hace gemir?
Mi espíritu de zángano hoy me esclaviza susurrándome " el ocio organizado es otra forma de dominio" , debo concentrarme en la lectura de este decreto reglamentario sus conceptos jurisprudencia y doctrina; "...despierto y me pillo abrazada a ti , duermes sin preocupación, sin horarios, relajado y feliz; deslizo mi mano por tu entrepierna generosa, y siento como a mi amor responde con diligencia y amabilidad mi dulce agresor que se clava en mis carnes como el alfiler en las alas de la tierna mariposa; despacio nos amamos, nos luchamos, nos devoramos, nos vencemos; mi olor queda en tu piel, en las sabanas, en la habitación...quieres un tinto amor ? buen día para amar, reímos despreocupados, y satisfechos festejamos que el amor, los deseos, las ansias no entiendan de horarios ni días especiales para el goce".
Confiada esperaré el fin de semana para trabajar, compensar el tiempo, sacudirme el sentimiento de culpa por haberme reportada "enferma" aquel día en que el amor nos sorprendió en la cama y no era día "autorizado" para amar de día y todo el día. ("Enferma" para trabajar, para pensar, para ser amable, para obedecer, para callar, para estar ocho horas sentada y fingir que me siento realizada, com-pene-trada y apasionada por lo que hago). Río para mi /y me confieso: solo los humanos nos repetimos en nuestras costumbres, nuestras tiranías, nuestras miserias diarias...nuestra soberbia al proyectarnos eternos, necesarios.
Namid Amador (agosto 08 de 2.008)