Sinceramente que la desfachatez y el descaro de algunos maliciosos personajes sí es algo que sobrepasa el respeto a su comunidad.
Que los papás son los principales protectores de sus hijos niños, es una verdad que no admite ni permite alguna discusión, es su deber legal y moral; como tampoco es menos cierto que desempeñando ese roll de protectores de sus hijos la vida, la sociedad, las circunstancias los obligan a creer y a confiar en algunas personas que son rectas y leales tanto para las autoridades como para la sociedad en general, como suelen ser, en un momento dado, profesores, médicos, sacerdotes, etc, de lo cual se deriva que deleguen su obligación protectora de sus hijos en algunas de estas personas autorizadas. Por eso es que ha resultado tan hiriente y ofensiva la actitud del máximo prelado de la Arquidiócesis de Cali Monseñor Darío de Jesús Monsalve referente a las declaraciones a los diferentes medios de comunicación del abogado Walter Collazos frente al caso de los dos niños abusados y violados por el delincuente sacerdote William de Jesús Mazo, un hecho que ha sido investigado, juzgado y condenado por la justicia ordinaria colombiana.
Según el abogado defensor Walter Collazos “los papás de estos dos niños tienen la mayor responsabilidad en el diabólico suceso porque ellos incumplieron su deber de cuidarlos y porque además los hechos sucedieron en horarios no oficiales de la Iglesia Católica”. Esta atrocidad verbal ha contado con el silencio del arzobispo de Cali y eso no es cualquier cosa, eso es algo muy grave por el inmedible valor moral y espiritual que tienen tanto la Iglesia Católica como sus líderes para el pueblo en general. Todos entendemos este silencio institucional como un respaldo a esta atroz teoría que pretende disfrazar o desviar la culpabilidad de la institución y del individuo. Esto es absolutamente imposible, aquí hay un solo culpable: un sacerdote violador que ha sido acogido y respaldado por la Iglesia Católica; en este caso hay un solo responsable: un delincuente sacerdote que ha sido amparado y protegido por la Iglesia Católica.
Nada, absolutamente nada puede justificar una violación; nadie rotundamente nadie tiene una excusa válida para semejante atropello. En este caso no hay una responsabilidad compartida, JAMÁS, aquí hay un solo violador, un solo delincuente y no queremos saberlo protegido por nadie, mucho menos por la Sagrada Iglesia Católica y EXIGIMOS un pronunciamiento oficial de la Arquidiócesis de Cali donde se manifieste claramente el criterio de esta institución frente a esta horrenda hipótesis. De lo contrario entenderemos este ya larguísimo silencio como una confirmación a semejante monstruosidad dicha por su abogado oficial.