Es un mundo nuevo, son tiempos sangrientos, yo no vi las casas ni vi las ruinas, yo solo vi las llagas de los hombres que se están derrumbando como las casas, como el país en el que nacimos. No es posible soportar más, a este país, lo han cogido cuatro bárbaros, veinte bárbaros, a punta de lanza y látigo. No se necesita ser hombre para estar castrado como los bueyes para quedarse callado, resignado y conforme, como si uno estuviera de acuerdo, como si uno fuese cómplice. La maldad existe, el horror existe, el gran juego continúa, si uno es paciente, no espera que termine pronto, recuerda que la gran mayoría de los gobiernos no tienen paciencia, como nos dice un profesor, magistrado y político:
Cuando un candidato invierte millones y millones en su campaña, no es un candidato, es un empresario y como empresario cuando sea alcalde o presidente, solo pensará en sacar lucro u provecho y en lo que menos pensara es en el pueblo.
Pero, ¿qué es un gobierno al final? ¿Un gobierno tiene pulso? Un gobierno tiene dedos de las manos y de los pies. ¿Un gobierno es capaz de venganza?, ¿un gobierno es capaz de masacres?