El remordimiento de haberlo sentido me está acobardando mi razón e incluso la tiene atada con cadenas más fuertes que el rencor, ese rencor que has dejado en muchos cuerpos y las mentes se ahogan en su propio llanto por sentirse lastimadas, un dolor que no merecían, pero que sin embargo tu provocaste, ellas no te pueden culpar porque como su nombre lo dice son "mentes" y por lo tanto ellas sabían a lo que se afrontaban y los daños que podrían tener, sin embargo tienen más poder que el que la gente te otorga e incluso pueden llegar a destruirte, pero no lo hacen porque por algo dicen que la razón y el corazón, nunca han podido unirse, nunca han podido concordar para tomar una sola decisión. Las noches suelen ser melancólicas cuando se contempla tu presencia y los días sin ti suelen ser a la deriva, sin rumbo alguno, dejándose llevar por la fuente de vida, por las cálidas caricias que te regala el viento, el jugueteo que hace con tu cabello y la mirada perdida y dulce por culpa de un amor cobarde.
