No sé dónde empieza ni por qué dura, mucho menos tengo en cuenta lo que significa. Aquí estoy. No me pude haber expuesto más. Pero es que al final, cuando fui con esa carta, quería que pasara, que tú estuvieras, que yo estuviera, que… que acepto que los dos nos moríamos por decir “te quiero”
Parece ser que hay amigos que no suelen hablar de sus sentimientos, hasta que se cruzan, una, otra, diez mil veces. Idiotas nosotros, al querer demostrar ese algo que parecía obvio, o bien al revés, enredando el primer y el segundo paso…algunos más.
Hoy sé que somos, somos eso que “tiene que ser” de momento o a futuro, rápido, paulatino o lento… Un espacio en el tiempo que realmente cuenta, no sabes cómo va a acabar, pero te enseña cómo vivir. Aquello que rompe el miedo, se ennoblece, realizándose ante los ojos, elevándose a una posición, que a juicio propio, es superior incluso a ti.
