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ACAPARADORES DE LA FE.

 

¿Has notado el actuar de los hombres que se dicen servidores de Dios? ¿Has visto cómo de repente un idealista funda una denominación allá y luego implanta sucursales por aquí y por allá, como cuando un hombre funda una empresa y queriendo acaparar ganancias y monopolizar el comercio instala filiales en todas las partes posibles? ¿Es lícito este actuar de los hombres que se dicen de Dios?

Ciertamente la santa palabra dice “¡Ay de los que juntan casa a casa, y añaden heredad a heredad hasta ocuparlo todo! ¿Habitaréis vosotros solos en medio de la tierra?” (Isaías 5:8) Los idealistas, llamados asimismo Teólogos ciertamente cometen un gran pecado ¿Por qué? ¿No se han puesto a pensar que quizás la luz que en ellos brilla es realmente tiniebla? ¿Y si es realmente tiniebla y han dictaminado decretos y estatutos para fundar Iglesias aquí y allá con aquella misma mentalidad y doctrina, no están ellos conduciendo a muchos a las tinieblas también? Ellos dicen “Somos enviados a conducir al pueblo de Dios” pero ¿verdaderamente Dios conduce a su pueblo mediante hombres? ¿Qué requiere Dios de los hombres realmente en su propósito? Que los hombres anuncien, no que guíen, no que conduzcan, el trabajo es encaminar al rebaño, mostrarles el camino, pero el camino, el rebaño deberá recorrerlo mediante la guía del Espíritu Santo; Ellos fundan una Iglesia, y luego fundan sucursales en otros lugares todas las cuales deberán conducirse bajo el cumplimiento de sus doctrinas, y todo el que estando dentro de sus libros de registros no debe salirse ni a la derecha ni a la izquierda de sus estatutos o doctrinas porque de lo contrario son expulsados de la congregación, negando así el derecho de libertad que hay en Cristo, se le niega al miembro la libertad de la meditación, la libertad del Espíritu, entonces ¿No sigue siendo esclavo aquel que se ha rendido a los pies de una doctrina de hombres? Ellos suponen haber conocido la verdad absoluta, haber escudriñado la plenitud de la verdad de Cristo, mas no es así; Porque, si la verdad plena ya hubiese sido conocida ¿No se habría hecho manifiesto ya el Señor? ¿A caso no saben que el Señor  no vendrá de nuevo hasta que el hombre halla llegado al conocimiento pleno de la verdad? De manera que, el conocimiento de la verdad es un proceso progresivo que culminará cuando en los tiempos postreros los últimos conozcan plenamente la voluntad del Padre ¿No saben a caso que es por esa razón que se dice que los postreros serán primeros? cuando ellos restringen la verdad al conocimiento de sus idealistas, y creen que el miembro no tiene nada más que conocer que lo que ha dicho su fundador, entonces, han limitado los pasos de aquellos que desean avanzar por el camino del conocimiento y la luz.

Aquellos han juntado casa a casa, heredad a heredad, queriendo ocuparlo todo, son acaparadores de la fe, tales como los acaparadores del comercio, los cuales almacenan la producción en sus bodegas hasta escasearlo todo, y luego vender a precio alto al no tener competencia; Un gran pecado cometen creyendo que sirven a Dios, un gran mal han hecho al imponer sus doctrinas y sus interpretaciones como una exigencia espiritual, suponiendo que cada miembro es un títere que hace y deshace al gusto y al antojo de quienes lo acogieron en sus congregaciones; ¿Cómo pueden proclamar la libertad en Cristo si ellos mismos enmudecen los labios de aquellos que con base divina proclaman la verdad de Cristo? ¿Cómo pueden hablar de libertad si todos están obligados a actuar como intérpretes de un guión elaborado por los idealistas? ¿No saben a caso que el hombre en Cristo ya no tiene ni padre, ni madre, ni patria en la tierra? ¿No saben pues que si no tienen ni madre, ni padre en la tierra, tampoco tienen amos humanos en el Espíritu? El hombre en Cristo no es guiado por hombre alguno, sino por el Espíritu, y ¿Qué nos dice Cristo respecto al hombre espiritual? “El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu” Entonces, el hombre en Cristo no es controlado por hombre carnal, porque el hombre en Cristo dice lo que quiere, así como el viento sopla donde quiere; El hombre en Cristo habla, y tú sólo oyes sus palabras, mas cuando las oyes ¿Cómo saber si aquel hombre pertenece a una o a otra religión o denominación? Nadie puede vincular al hombre en Cristo a ninguna religión o secta o denominación, nadie lo vincula, pues, ¿A caso alguno pudo vincular a Cristo con los Fariseos o con los saduceos, o quizás con los Zelotes o con los Esenios? Así también, al hombre cuyo Espíritu es el Espíritu Santo no es vinculado a ninguna denominación ni religión, pues, no está restricto a ninguna doctrina de hombres, y no obedece a estatutos terrenales ni a fundamentos terrenales.

Sabiendo, pues, Que el hombre en Cristo es como el viento, yo pregunto ¿Puede el hombre encerrar el viento o conducir el viento hacia donde a él le conviene? No, el hombre en Cristo tan solo tiene una cabeza, y esta es Cristo, y obedece a Cristo, no a doctrinas humanas infructíferas; No hay otra puerta que no sea Cristo, de manera que, aquel que ha entrado en religión o denominación humana, cuya doctrina es ideada por Teólogos, éste ha entrado por una puerta de hombres, por lo tanto aún no es del rebaño del Señor, deberá entrar por la puerta verdadera que es Cristo, la cual nadie puede cerrar, para poder estar seguro de que eres del rebaño; Si entras por la puerta de hombre, y aún no has entrado la puerta de Cristo, entonces los hombres sí te pueden cerrar las puertas: Pero, una vez que la puerta real se te abre, ningún hombre por muy Teólogo, por muy renombrado, por muy famoso, por mucha jerarquía que tenga, no podrá cerrarla jamás, aún así te aíslen, te denigren, te vituperen, te difamen, o te ofendan, o te acusen de blasfemo o adúltero de la palabra, nadie podrá cerrar aquella puerta.

Cuando ingresas a la puerta real, ya no tienes guías en la tierra, ya no tienes denominación ni religión, ya no tienes vínculos ni obligaciones para con ninguno de ellos, te has desligado completamente de ellos, y ellos son más bien afrenta para ti y tú eres afrenta para ellos, la guerra para la que fuiste llamado a ser soldado habrá comenzado, y tus enemigos en el Espíritu ¿Quiénes son? Aquellos que antes eran tus hermanos, por eso escrito está Los que pagan mal por bien Me son contrarios, por seguir yo lo bueno” y otra vez está escrito “Porque no me afrentó un enemigo, Lo cual habría soportado; Ni se alzó contra mí el que me aborrecía, Porque me hubiera ocultado de él; Sino tú, hombre, al parecer íntimo mío, Mi guía, y mi familiar; Que juntos comunicábamos dulcemente los secretos, Y andábamos en amistad en la casa de Dios. Que la muerte les sorprenda; Desciendan vivos al Seol” (Salmos 55:12-15) Una vez, pues, que hemos encontrado la puerta de Cristo y entramos por ella, aquellos que han entrado tan sólo a la puerta de los hombres, estos se vuelven nuestros contrarios, no por nuestro deseo o por nuestra provocación, sino porque sus doctrinas se contrarían a la nuestra, la cual es en Cristo, y porque sus ojos nos han visto como enemigo, como contrario, no son nuestros enemigos por nuestro deseo, sino que nos hemos hecho enemigo de ellos por nuestro amor al servicio de Dios; De manera que, es claro, pues, en decirnos el Señor que nuestros guías, nuestros familiares, aquellos a los que antes comunicábamos nuestros secretos, aquellos con los que andábamos en amistad en la casa de Dios, estos se han alzado contra nosotros; Por eso, cuando has entrado por la puerta, ciertamente has salido de la de ellos, porque te la han cerrado, entonces nos dice el Señor “ ¿Cómo cantaremos cántico de Jehová
En tierra de extraños?”
porque ciertamente, aquella que antes era nuestra tierra, aquella que antes era nuestra congregación, se ha vuelto tierra de extraños para nosotros, pues al despertar nos enteramos que éramos cautivos sin causa en aquella tierra, no podemos ya alabar a Dios delante  de aquellos extraños, porque la alabanza a Dios es en verdad, y la verdad les ofenderá a los nuevos extraños, y ¿cómo alabaremos en medio de los que nos creen sus enemigos?, ¿No seríamos hipócritas simular armonía cuando no la hay? ¿No somos hipócritas si decimos amén a sus alabanzas y enseñanzas cuando son vanidades todas?, por eso, nuestra alabanza ha pasado a ser “En espíritu y en verdad” y si es en Espíritu ¿No es íntima? Y si es en verdad ¿No es sin hipocresía? Por eso, también está escrito “He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría” y tanta sabiduría nos hace entender Dios mismo en lo secreto, que la misma palabra nos dice “Más que todos mis enseñadores he entendido, Porque tus testimonios son mi meditación. Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos; De todo mal camino contuve mis pies, Para guardar tu palabra” (Salmo 119:99-101 ) Porque el Señor nos enseña grandes cosas, y estas aún están ocultas a aquellos que se han quedado en el cautiverio de sus denominaciones y de sus doctrinas de hombres, son incluso desconocidas por aquellos que antes nos enseñaban; El entrar por la puerta real, es una ida sin retorno al lugar de donde salimos, por eso escrito está “Salid de en medio de ella, pueblo mío, y salvad cada uno su vida del ardor de la ira de Jehová” Pero, para esto se requiere de valentía, valor para afrontar todas las burlas, las ofensas, las denigraciones, los aislamientos, los desprecios de los que antes eran tus hermanos, porque cuando delante de ellos comiences a promulgar la verdad de Cristo, y cuando esta verdad comience a rebalsar las doctrinas y las sabidurías de los idealistas de tu religión o denominación, entonces te señalarán y te detestarán, y deberás estar dispuesto a afrontar aquella realidad, y de no dar marcha a tras, porque entonces te habrás dado cuenta que aquella libertad que te decían que tenías en la casa de Dios era falsa.

Ellos han cometido gran pecado, han querido abarcarlo todo, queriendo un día habitar ellos solos en la tierra, diciendo a todos “Somos la verdadera Iglesia” mas la verdadera Iglesia es más bien aquella que ha salido del cautiverio de los hombres, aquellos que han abandonado la puerta humana una vez que se asieron de la puerta verdadera; Por eso, bien dicho está aquel verso “mas al pecador da el trabajo de recoger y amontonar, para darlo al que agrada a Dios” porque a ellos dio el trabajo de recoger y amontonar, pero todo lo trabajado, Dios lo dará a quienes se han hecho de su gracia, a quienes han logrado entrar por la puerta correcta.

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