Los entes nuevamente me atacan;
Las ansias nuevamente me carcomen.
Dulce culpa,
Eres cómo un montón de gusanos
En la garganta, obstruyendo el paso.
Sin dejarme respirar, mi fiel compañera,
Me acompaña día y noche,
Degollando sueños, desollando ovejas…
Mis vísceras se retuercen
Ante tu vil presencia.
Como el tirano matas,
Como el mercenario robas
Ensueños y satisfacciones.
Desfallecer cada día,
Podrirme más y más.
Sin embargo sé que
Hasta el día de mi muerte
Me acompañarás.