Somos el sonido
de una gota de agua,
que se desvanece al infinito.
De ti todo me atrae
como el misterioso iman de tus pupilas,
de ti todo me aleja,
como el viento ,
que descuaja las palmeras.
Ahora recuerdo,
tu fragancia de azucenas,
innundandolo todo,
a la hora del vespero,
tu sonrisa,que me abre hacia el mundo,
tus pupilas que me reflejan y me crean,
el temblor de tus labios,sacudiendo
como el fuego
de una nueva aurora,
en el filo del tiempo,
entonces el mundo se desdobla,para el bardo,
y soy prisionero de tus quimeras,
un mar de busquedas,
en la noche sombria,
cuando solo canta el alacaraban
y un rayo de luz
no se apaga,
Itaca nos aguarda.
CESAR MOLINA CONSUEGRA.