Destino y un poco de agua salada.
Destino y el mar azul frente a mi mirada.
Amor y destino, aunque no se a quien lea.
Amor que aun no es, y que quizás nunca sea.
Amor que debería ser…o destino que es en vano.
Quizás no destino sino un coincidir mundano.
…Muchos atardeceres atrás…
Una carta, una botella y el mar
Un desesperado pedido de ayuda.
la búsqueda de alguien que acuda
A curarme de mi soledad.
Un atardecer tragándose mis lágrimas.
y un mar de lágrimas reflejando aquel sol.
Aquel sol reflejado en la sal
en la sal de mis ojos y el mar.
…Muchos amaneceres después…
La soledad reflejada en mis ojos
de tanta angustia ahora rojos
En el agua un destello inusual
el destello del sol en cristal.
El amanecer, el mar y una botella
En el medio del agua una estrella.
Esperanza, alegría y alivio.
El placer de sentir el sol tibio.
Inundarme del agua salada.
Con la botella fija en la mirada.
Nadar sin perder la huella
De esa tan esperada estrella.
El mar nutriéndose de lágrimas
Releyendo esas palabras tan mías
“Ayuda, estoy solo, estoy triste
Mi alma de soledad hoy se viste
Quisiera saber si hoy existe
Alguien para mi en este mundo”
Y fue solo cuestión de un segundo
Encontrar en mi carta tu prosa
Esa letra sutil y preciosa
Que leí a la luz del albor:
“Nunca estarás solo, mi amor”