Frente a su altar hincada; su gracia a Dios le imploraba,
Pidiendo amor, suplicando riqueza; ora y ora y hace pereza.
Esfuerzo y lucha no animan su ser; paradita espera su renacer.
Entra la tarde y trae su hastío, se oye lamento de tiempo perdido;
Lucha con ansía y mucho afán; parecen inertes y fruto no dan.
La noche ha llegado corriendo; sentada la espera… sonriendo.
Y mientras descifra dudas y temores, encuentra que tiene suplicios mayores.
Envidia y rencores han dejado huella… salpícanlo todo cual una centella.
Pereza y complejos hicieron festín y solo tristeza dejaron al fin.
Reprime pasiones, cuestiona valores, impone castigos a sus detractores.
Extasia y seduce hablando de Dios, aunque en sus afanes no escucha su voz.
Libera y ataca según conveniencia, procurando siempre calmar la consciencia.
Olvida que Dios no es bueno ni malo; oculta que Dios está en todo humano.
Ha creado ángeles igual que demonios, con ello alimenta amores y odios.
Ingenua y astuta en su proceder… manipula incautos y agudos también.
Al juzgar a otro tiene potestad, pero en sus entrañas no haya maldad.
Condena al rico por sus posesiones y estas son base de sus peticiones.
Garantiza el cielo que hay más allá mientras arde el mundo del más acá.
Engaña con logros sin tanto trabajo como si los frutos brotaran de abajo.
Pretende ser fuente de la comunión sin ser el ejemplo de repartición.
Interesada en los bienes externos, descuida el cultivo de dones internos.
Esmerada siempre en mostrar su presencia, así sea tan solo pura apariencia.
Encanta con versos y viejas historias que poco circulan aquí en la memoria.
Obsesión de todos: creyentes y no; para unos, verdad, para otros, ficción.
Somete la mente a su condición y la razón incumple con su obligación.
Libertad y justicia no son su bandera, sin embargo, las usa como mensajeras.
Natura proclama presencia de Dios… y si no la ves… el ciego sos vos.
FE Y RELIGION