HERIDAS
Hoy que habita en los desvelos
tu tenaz selva de hielo
burla el grito del silencio al que se aferra
a la vera de los ruegos
donde su glaciar de fuego
ya confina los anhelos bajo tierra.
Sueña el sueño penitente
de una ausencia omnipresente
como rueda que al rodar todo destruye,
como lluvia que no riega,
el desierto que navega
alucina la ilusión y luego huye.
Nada duele más profundo
que el delirio más fecundo
subyaciendo en las mentiras indolentes;
nada vive más la muerte
que los giros más inertes
de un amor que nunca amó y asiste ausente.
Desgarrados los espacios
lapidados por prefacios
de inocencias tan perversas y lascivas,
el platónico contacto
tan real y tan abstracto
pausa el aire si aún la muerte sigue viva.
Un vacío desbordado,
un apócrifo recado
que desnuda desnudez y viste sombras.
La bondad de la malicia
puño en alto que acaricia
la confusa claridad ya no me nombra.
Puerta abierta circunspecta,
laberinto en línea recta
disidente de sus propias certidumbres;
valentías tan cobardes
cual pregón de humilde alarde
no merece que aún la oscuridad le alumbre.
Ordenadas anarquías
en certeras utopías
derrotados vencedores sin su podio;
mi comienzo es tu partida,
son tu cura mis heridas
si en tu guerra por la paz, amas el odio.