Un hijo es un ángel enviado de Dios.
Eres bien preciado que con ansia espero.
Fruto genuino de un cariño limpio y puro.
Vínculo sagrado que cual ángel desciende,
para elevar dos almas hacia el cielo.
Será tu llanto el que acompañe mi alegría
Tu sonrisa la que consuele mi tristeza,
Tu mirada quien me acaricie con ternura
Tu dulce balbucear el que llene el alma mía.
Gina