Desde mis párpados austeros
la estoica lágrima prohibida
hoy sin pedir permiso al fin se ha derrumbado
como final del derrotero
donde en la escuela de la vida
ya sin honores ni piedad hoy me has graduado.
De este posgrado de tristeza,
este fracaso en pies de barro,
se abre un camino pusilánime sin sol
aletargando la entereza
desde la nube de un cigarro
a la penumbra quejumbrosa del alcohol.
Hoy que soñar ya no es un sueño
que me ilumine con su lumbre
vuelve a golpear mi multitud la soledad,
hoy que el dolor ya tiene dueño
y de repente ya es costumbre
ante el perfil de mi tibieza, tu frialdad.
Primera lágrima postrera
una de muchas que vendrán
a desvelar la noche ausente en su legado.
Primera lágrima y primera
de muchas más que se hundirán
en mis mejillas de desierto desolado.
Comienzo y fin de un sentimiento
frío y calor de mis heridas
no he de olvidarme nunca más y no me olvido
de tu espontáneo nacimiento
primera lágrima prohibida
cómplice muda de un amor ya sin sentido.