A veces somos apenas añoranzas.
recuerdos fugaces...
lamparazos de vida disipada....
ILIADAS de retorno al tiempo fugado.
recuerdos de nuestros amores peregrinos..
de vez en cuando el éxtasis
de un amor moribundo sorprendido
en el frío corazón de la noche...
Las sombras sigilosas en el callejón...
los borrachos en el sardinel..
y las putas patrullando
en la sórdida esquina..
el mendrugo de pan...
para sobrevivir
en la miseria asesina...
Paseo de Bolívar
con esquina de San Nicolás..
el hormiguero humano...
el caos organizado de la gran ciudad...
el rebusque a flor de piel..
las baratijas
para la sopita de huesos...
los vendedores de ilusiones tardías...
Allá la venta de raspado..
y agua de panela..
la mirada perdida
del vendedor de tintos
y cigarrillos..
abajo el vapor recalentado...
y el sonido
de una vejiga que se desinfla..
en la esquina una mano extendida
del pordiosero del día..
unos ojos que vagan en la sombra
una ceguera natural
que oculta los colores del mundo.
Pero escucha el odio en los corazones..
Aquí va y viene....
es la brisa del veranillo de san Juan..
a la derecha el ancho mar infinito...
el canto persistente del oleaje..
arriba el sol canicular...
y mas allá
y abajo la playa brilla en su arena blanca..
el mar ha borrado nuestros pasos
en la arena...