He muerto en vida, ya no siento nada,
El silencio se vuelve tristes melodías,
Los versos se acaban,
Diciembre vuelve todo tan bonito que apenas sostengo la mirada
Porque ya no importa sonreír;
Ya no importan las esperanzas
Si nada esperas.
Muertos los sueños, muerto el tiempo,
No me duele si me reduzco al cenicero
Cuando deje de fumar.
Las noches emocionan pero mis ojos se vuelven hielo,
No hay calor en el alma
No hay alma,
Y si antes lo hubo fue solo una tontería.
*
Rompo promesas escritas detrás de los calendarios,
Intento no desear a medianoche un millón de abrazos,
Esperarlos me costó cada segundo de mi existencia
Viendo en mi amargura deshojar violetas
Porque no eran para mí.
Pero hoy ya soy libre y libre mi vejez
De lo que de pronto o tal vez
De lo que pude llegar a querer.
Enciendo mi garganta ante el sabor del aguardiente,
Veo la noche reuniendo gentes
Que son mezquinos con su alegría,
Mientras mi aliento se vuelve neblina
Como evaporándome de a poco.
*
Nadie alrededor, la habitación oscurece,
Mengua su luz hasta arropar mi corazón,
Y las luces de Diciembre, llena de colores la mitad de mi rostro
Porque ya no importa sentir
Si lo que hace sentir no es para ti,
Es que nada fue para mí.
Siempre papel y esfero, siempre los tres,
Agotando ideas de historias bonitas
Que quise vivir, que viví pero no alcanzaba con llenar de magia todo mi ser;
Ahora la magia ruega por su ayer
Y ocultarse en mis ojos negros
Para no prometer tanto.
*
Rompo promesas escritas detrás de los calendarios,
Intento no desear a medianoche un millón de abrazos,
Esperarlos me costó cada segundo de mi existencia
Viendo en mi amargura deshojar violetas
Porque no eran para mí.
Pero hoy ya soy libre y libre mi vejez
De lo que de pronto o tal vez
De lo que pude llegar a querer.
Enciendo mi garganta ante el sabor del aguardiente,
Veo la noche reuniendo gentes
Que son mezquinos con su alegría,
Mientras mi aliento se vuelve neblina
Como evaporándome de a poco.
*