No quiero escribir
un verso más
por que cada verso
que escribo
es un ensayo de alas
que sangran
por mis insomnios.
No quiero escribir
un verso más
por que cada verso
me atrapa
en aquellas muertes lánguidas
que se enfrían
por las nieves heridas.
No quiero escribir
un verso más
por que mis dedos sedientos
se eclipsan
por las horas nocturnas
que se agotan
con los cansancios
de vientos bronceados.
No quiero escribir
un verso más
por que mis letras
se anarquizan
en esas mareas ensombrecidas.
No quiero escribir
un verso más
por que mis fábulas
colocaron sobre el pecho
las historias
de poetas atrapados
en sus demencias
de cavidades blancas.
No quiero escribir
un verso más
por que los oráculos esquizofrénicamente
esconden a sus soles
en infinitos firmamentos.
No quiero escribir
un verso más
por que los zodíacos
hacen de las serpientes
brújulas rotando
cuerpos estridentemente pecaminosos.
No quiero escribir
un verso más
por que los amores muertos
engendraron vientos encogidos
de mundos que desgarraban
sus respiraciones.
No quiero escribir
un verso más
por que observo
hombres envejeciéndose
entre sollozos mutilados
que abortan
paisajes incandescentes…
paisajes momificados.
No quiero escribir…