"La lucidez: martirio permanente,
inimaginable proeza"
E. M. Cioran
Hoy no quiero
tu beso enroscado
a mi palabra
tu abrazo que me
invita a continuar;
no deseo tu cuerpo tibio
encima del mío.
Tampoco me atrae
salir de copas
caminar de la mano
riendo, pisando charcos
y murmurar no muy convencida
un "para siempre".
Hoy, solo por hoy,
y mañana solo por mañana
y los días siguientes
y los que probablemente puedan venir,
deseo tu sombra
/tras de ti
cerrando la puerta;
deseo tu silencio,
tu recuerdo,
tu ausencia.
Tu cuerpo tibio
que asfixia, socava
mi identidad, mi unicidad
lejos de mi.
Tu sonrisa perfecta
/pa'la mierda/.
Añoro estar conmigo,
me necesito, me extraño
me deseo.
Namid Amador ( feb 24 de 2.009)