¿Quién dejó abierto el Word?
Suena el despertador, sé que debo levantarme de la cama pero el simple hecho de pensarlo me aburre, solo cinco minutos más. La cafetera sigue fría, aquel par de tenis viejos siguen en el mismo cajón ya hace un buen tiempo. Los pasillos del parque solitarios, no me vendría mal recorrerlos un día de estos, en realidad me hace falta, mucho tiempo encerrado en casa ha provocado que mi estómago crezca más de lo normal, hace mucho que no me ejército, pero hoy no, mañana o algún día, a esta hora todos duermen, debería hacer lo mismo.
Suena el despertador, el ordenador está encendido, hay una página en blanco esperando a ser colmada de sentimiento, será ¿Amor? acaso ¿Odio? Tengo tantas ideas en mente que no sé por cual decidirme. Tengo frases, versos… poemas, que harían llorar al hombre más fuerte del mundo y alegrar el alma del ser más triste, pero hoy no, tal vez mañana o algún día, a esta hora todos duermen, debería hacer lo mismo.
¿Valdrá la pena? Tengo este sueño que arde dentro de mí, a veces se apaga, pero resurge como el fénix hasta ser apagada nuevamente por un enorme monstruo que algunos llaman pereza. Si, no vale la pena. Tal vez olvidaron apagarlo dejando abierto el Word por error ¿Quien dejó abierto el Word?, va, qué más da, nadie pierde el tiempo leyendo textos de un pobre diablo. Quizás alguien más ya lo ha hecho, alguien más ya lo ha publicado, alguien más ha tenido el valor y el coraje de hallar la manera, yo no soy como ese alguien, debería seguir durmiendo.
Suena el despertador, han pasado más de cinco minutos, es más del medio día y el sol no para de brillar, en realidad nunca ha dejado de hacerlo.
