Quiero arrancarte, tirarte lejos, donde ya no te pueda encontrar.
Al igual que un tumor, te expandiste por cada rincón de mi ser.
No fue una buena idea, ni un buen plan, no puedo incorporar la amnesia para alejarte.
Me aferro al insomnio para no soñar, sin embargo te pienso,
y en algún sitio muy escondido de mi, también te siento.
Dejé que entraras, inauguré en tu compañía facetas desconocidas,
vacié el baúl de mis emociones, te lo entregué todo.
Tu amor penetró mis poros, cada célula, sentirte dentro me transportaba
a lugares desconocidos.
No quería bajar, ni volver, ni que salieras, ni que trataras
de entender el lenguaje de mis vocales.
Solo deseaba quedarme en ese momento, con ese sentir, con vos.
Que acariciaras mi pelo, mientras mi ritmo nos llevaba lejos,
en ese viaje donde no existen aeropuertos.
El contacto fue mi debilidad, una enfermedad que aún no logro curar.
Porque todavía viajo, me transporto, a mi ritmo… sin tu anatomía.